viernes, 27 de febrero de 2009

La Jubilación

Para bien o para mal, el título de hoy no hace referencia directa a que dejo el mundo laboral, ya sea por edad o por cualquier otro motivo, pues aún me queda casi media vida de dar el callo día tras día. Las que se jubilan de la vida atlética son mis pegasus, que han compartido conmigo unos pocos entrenos y bastantes salidas de caminata por la montaña. No les he sacado el partido que debería, puesto que estos dos años he estado parado, como sabéis, pero ya no dan más de sí, sobre todo tras comprobar cómo en los últimos rodajes que hemos compartido he acabado con ampollas en el arco de los pies. Y, claro, en esa situación no es plan seguir martirizando a mis piececillos, que no se lo merecen, hombre (o sí, porque ahora toca endurecerlos tras estos años de deambular por el desierto del abandono atlético).



Este modelo de zapatillas lo adquirí en un viaje que hicimos a Alemania. Me las compré en una tienda de una base militar del ejército de los Estados Unidos, ahí es nada. No os asustéis, que soy objetor de conciencia, pero nos alojamos en la casa de una amiga cuyo marido es cabo en el ejército gringo (el adalid de la paz mundial y de los quebraderos de cabeza de la humanidad) y aproveché la coyuntura al estar muy baratitas. De apariencia están bien, pero ya no amortiguan cómo deberían, me provocan ampollas, así que hasta aquí hemos llegado, compañeras. No las desecharé porque yo soy de los de reduce, reutiliza, recicla, por lo que las usaré para usos más livianos y menos susceptibles de provocarme estropicios podales.


Ayer, aprovechando un viajito a Málaga, estuve buscándole sustitutas, así que es probable que cambie de marca, ya que el señor de la tienda, una eminencia en el mundillo de calzado deportivo, me recomendó otro tipo de zapas teniendo en cuenta mi envergadura y la prueba que quiero preparar.


Como íbamos con retraso, nos tomamos una tapita y una cervecita, pero sin alcohol, encontrando por ello motivos para no salir a correr tras llegar a casa, aunque como tuve que preparar la crema de verdura de hoy y la cena de anoche, me resultó imposible encontrar un huequito para salir a hacer algo. Espero salir hoy a hacer algunos cambios de ritmo, que estoy de descanso en el spa y eso hay que aprovecharlo.

Hablando de aprovechar, aprovechad el fin de semana, disfrutad, amad, sed felices.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Uuuuffffffffffffffff

En estos días de ausencia bloguera he seguido corriendo un par de veces por semana. Ya hace diez días llegué a correr durante una hora, a ritmo tranquilito. Fue todo bien, a excepción de dos ampollas que me salieron en la planta de los pies, una ampollita en cada uno (os adjuntaré foto). Me puso muy contento ver que rebasé esa barrera imaginaria de los 60 minutos de rodaje. Aún hay más. El pasado fin de semana llegué hasta los 70 minutos, encontrándome mejor.

Ayer, que tenía poco tiempo, decidí salir a correr un ratito, así en plan, como se suele decir vulgarmente entre ciertas parejas, "como quien echa un polvo rapidito", y decidí ir desde casa hasta la tienda de mi padre y volver. La vez anterior que hice ese recorrido tardé 30´15´´. Salí despacito, aumentando el ritmo al pasar por delante de la tienda y regresar para casa. Cuando me vi remangándome la sudadera pensé "uffff, hoy vas a correr por fin ...". Fui incrementando el ritmo hasta que las pequeñas subiditas camino a casa se me iban pareciendo al Tourmalet. Venía pensando en que en momentos así te pones en la siguiente tesitura: Si vas corriendo despacito y todo va bien, estás contento, ¿por qué pegarte ese sofocón, Franfri? Es que parecía el Mayflower cuando veía el vapor salir de mi boca cada vez que exhalaba aire y trataba de buscar esas pequeñas molécula de oxígeno que necesitamos para que llegue a los músculos y poder seguir rindiendo. El ritmo de la respiración iba en aumento, yo estaba frito por llegar a casa. No iba mirando el crono, así que no lo supe hasta que llegué a casa: 25´33´´, es decir, casi 5 minutos menos que la vez anterior. Eso sí, a un ritmo conscientemente más elevado. Llegué muy sofocado, pero contento, animado. Me salía un vaporcillo con escarcha por la cabeza más propio de una película de terror que de alguien que viene de hacer ejercicio. Pues eso, que iba pensando que para qué llegar a sufrir esos ratos cuando se puede rodar o trotar tranquilito, sin prisas, divisando el paisaje. ¿Afán de superación personal? ¿Espíritu de sacrificio? ¿Estar medio grillao? ¿No llegar tarde a ningún sitio? Habrá un poco de todo, pero yo me quedo con la necesidad de saber dónde estás y adónde estás dispuesto a llegar, con querer demostrarte que tú puedes, que eres capaz de eso y de mucho más. La preparación del maratón será dura, difícil. Cuando se acerque el momento comenzaré a plantearme si basaré el entrenamiento en series y rodajes largos o lo dejaré en rodajes largos y rodajes a ritmo rápido. El problema, para bien o para mal, es que me encantan las series, mucho más que rodar y rodar, pero soy consciente de lo que ello supone. Veremos. Veréis.

Ahora descansaré hasta el viernes (hoy toca venir a donar sangre, ya que anoche vi el autobús del Centro Regional de Transfución Sanguínea, y soy consciente de que hace muchísima falta la sangre para todo tipo de operaciones) o el sábado.

Bueno, con esto y un bizcocho, hasta la próxima, que me piro, que tengo hambre.

PAZ Y AMOR

P.D. Y BUEN PROVECHO

martes, 10 de febrero de 2009

Caminando

Pues sí, sigo caminando, dando pasitos cortos, pero voy hacia delante. Al menos esa es la sensación que tengo después de las dos últimas salidas a correr, el pasado sábado y ayer. El sábado hice 45´ muy tranquilito, con buenas sensaciones, sobre todo al comprobar que iba más rápido que anteriormente y la percepción era de ir bien, no iba con respiración más alterada ni nada por el estilo. Fui desde casa, atravesé el pueblo en dirección a Coín y me di la vuelta a la altura de la casa de Jesús Jaime (aprovecho y os pongo el enlace al fotógrafo mijeño más y mejor reconocido, un artista que dedica gran parte de su tiempo a realizar labores humanitarias en África y Asia, además de atender a su familia y dos negocios en el pueblo). Ayer fue especial. Salí más temprano, por estar de descanso en el spa. Aún era de día, así que cuando venía hacia el pueblo pude ver el atardecer allá por donde el Mare Nostrum deja paso al oceáno de la Atlántida. Como es habitual, pude ver África con tonos anaranjados y brillantes, mostrándome la silueta de los montes más altos del norte de Marruecos. Un privilegio. En días claros es muy habitual y me siento muy afortunado de poder verlo y de poder apreciar lo que ello significa, el hecho de tener a tiro de piedra un mundo tan diferente al nuestro, una mezcla de culturas, de gentes, unos lugares tan dejados por los poderosos del ¿primer mundo? Aún así, todavía no he saltado a ese otro lado. Pronto lo haré.

Esta foto está tomada más cerca del Estrecho de Gibraltar que las vistas que yo ayer tenía, pero os podéis hacer una idea.

Como decía, el entrenamiento fue genial, fui hasta la entrada del cementerio. No seguí porque a partir de ahí ya no hay iluminación y, al ser una carretera comarcal de montaña, no es plan de jugarse el pellejo. Me dí la vuelta y comencé a hacer cambios de ritmo a razón de 1´ rápido - 1´30´´ lento, hasta llegar a 10´ de casa, ya que a partir de ahí fui suavito para volver a la calma. Piernas doloridas, pero bien. Ese pequeño "sufrimiento" es necesario.

Este día logré mi 3ª mejor marca en 3.000 metros (10´50´´)

PAZ Y AMOR

viernes, 6 de febrero de 2009

Rechazado

Aunque no me importó mucho al principio, cuando alguien te rechaza siempre te queda una sensación amarga por dentro. Os cuento. Ayer, en el spa, tenía que hacer un masaje sueco a un cliente hindú. Una de mis compañeras le haría otro a un amigo del primero y mi compañero le haría un masaje deportivo a un tercer hindú. Los recibimos y lo vamos acompañando hacia la zona de tratamientos. Me fijo en que uno de ellos no para de mirar hacia atrás, como preguntándose adónde carajo vamos el otro chico y yo. Algo me olía mal. Al llegar a las cabinas, mi compañero se lleva a su cliente, mi compañera a otro de ellos y yo habría de entrar en la habitación 6 con el tercero. Cuando le cedo el paso me dice que no, que a él no le hace un masaje un hombre, que su religión se lo impide. Yo le digo que no hay más chicas, que la única está con su amigo. Se lo digo a ella, quien le pregunta a su cliente si le importa que el masaje se lo haga un chico. Y dice que una leche, que a su amigo le den morcilla y que él quiere que el masaje se lo hace ella. El buen señor me pide perdón, que no importa, que se queda sin masaje. Lo acompaño a recepción, se lo cancelamos y ya está. A mí no me importa mucho que me hiciera eso (casi lo prefería, por diversas razones), pero en el fondo siempre te queda un regustillo amargo, sobre todo por pensar que te han dejado en ascuas. Además, el cliente, al reservar, siempre puede preguntar si somos chicos o chicas y, en ese caso, puede decidir o elegir si el masaje se lo hace un hombre o una mujer (hay clientes que sólo quieren que el masaje se lo haga una mujer o un hombre e, incluso, algunos nos piden a algunos de nosotros en exclusiva, como me pasa a mí con una clienta y un cliente). Lo peor, para él, que se fue sin masaje. Yo pude descansar de la dura mañana de trabajo y preparme para un masaje más fuerte que tenía a continuación. Y ya está.

Respecto a correr, pues nada de nada en el día de ayer, ya que al llegar a casa tenía que preparar la cena de anoche y el almuerzo de hoy. Además, hacía una noche horrible, por lo que no lo sentí en absoluto. A ver si hoy puedo correr un ratito. Ya os contaré.

Foto del previo de la Media de Torremolinos (Franfri con gorro claro de lana y bien abrigado)
Con esto y un bizcocho, hasta la próxima, corazones.

PAZ Y AMOR

martes, 3 de febrero de 2009

Día completito

Como dice el título, ayer fue un día completito, desde que sonó la alarma en la mañana (06.20 horas) hasta que me quedé dormido viendo la tele en el sofá. Tras la jornada de trabajo, tras llegar a casa y ponerme como el quico a comer albóndigas al roquefort con arroz, teníamos cita con la ginecóloga de Tania. La cita era para una ecografía (estamos en la semana 17ª de su embarazo), que arrojó el resultado de que el churumbel que vendrá en verano es un niño. Al principio me vieron cara de decepción, ya que me gustan más las niñas que los niños, soy más cariñoso con las niñas que con los niños, pero el resultado, la conclusión, es el mismo. Una enorme felicidad porque todo va bien, va creciendo acorde con su estado de gestación. Cuando nos enseñaron sus genitales, lo primero que pensé: ¡joer, éste está bien dotado, la tiene más grande que el padre con tan sólo 17 semanas ..! Ahora seremos dos chicos y dos chicas en casa. Bueno, también está el perro, que es chico, pero sin desflorar, por lo que estamos más o menos empataos.

Tras hacer algunas cositas en casa, mallas, zapatillas, guantes, gorrito y a correr. Al principio estuve a punto de volverme, puesto que la carretera estaba sin iluminar (iba por la carretera, de montaña, comarcal), pero a los 300 metros ya iluminaban las farolas. Llego hasta el pueblo, lo cruzo de este a oeste y llego hasta el otro extremo. Las sensaciones son buenas, así que aprovecho para aumentar el ritmo en las cuestas, en plan fartlek borriquero (ya explicaré en qué consiste el fartlek, pero no el borriquero). Así, hasta casa, en recorrido de ida y vuelta. Finalmente haría unos 5-6 cambios de ritmo en los últimos 20 minutos. Pulso por las nubes. Corazón a punto de salir por esa boquita humeante. Pero llegué sano y salvo. 38´15´´. Contento. Duchita, a preparar el almuerzo de hoy, la cenita de anoche y a ver Prison Break. Y de dormir, poco, puesto que mi pitufa Noa no me dio tregua.

A ver si me puedo echar una siestecita, que estoy que me caigo. Hoy, más.

PAZ Y AMOR

lunes, 2 de febrero de 2009

Campeones

Ya lo decía yo en la entrada del día de ayer, pero tampoco era una visión, ya que era previsible y todo el mundo estaba pendiente de lo que nos soltaría San Pedro (¿es San Pedro el encargado del mini tornado que se sufrió ayer en Málaga y de la lluvia atroz? De ser así, las compañías de seguros le van a pasar una abultada factura). El caso es que en Torremolinos (dicen que la capital de la Costa del Sol, aunque para mí es Mijas, jejejejejeje - no es verdad, pero tengo que presumir) llovía bastante, hacía viento, sobre todo en el paseo marítimo y las previsiones de mejorar marcas y demás del personal (esos pirados de los que os hablé ayer) se difuminaban, ya que había charcos por todos lados, se caían las vallas, la organización era un poco caótica ... Al rato de estar por allí, de saludar a los amigos (ver imagen nº 1) Hilario, Sierra, Riccardo, de conocer a otros corredores, Curro Ávalos, Buda ... tenía los pies encharcados, los pantalones mojados hasta la rodilla y subiendo.
Me consolaba saber que no iba a ser de la partida en la carrera. Vaya diíta. Tras darse la salida, me voy caminando hasta el paseo marítimo, me postro junto al km. 7 para ver pasar a los primeros, tomarles fotos y tratar de ver a los amigos, animarles, darles calorcito, para volver a la zona de la salida y ver, de un tirón, el paso por el km. 15 de la mayoría y el 20 de la cabeza de carrera. Menudo caos había montado allí. Por un lado, culpa de los conductores, que no hacen caso a las indicaciones del policía de que den media vuelta o giren a la izquierda. Por otro lado, culpa de una señora de la organización, que tenía que indicar con un cartelito con una flecha dibujada que señalaba la dirección de la carrera, que estaba en el lado opuesto y los africanos no sabían para donde tirar. Por otro lado, culpa de la organización, que se debe esmerar un poco más. No es tan difícil. Espero que no se escuden en que la inscripción es gratuita y que lo que hay es lo que hay.














De ahí me marché al coche para regresar a casa, me cambié de calcetines y de calzado, pero me fui al km. 18, donde pude ver de nuevos a algunos de los amigos (ver imágenes 2 y 3).

Ahora sí que me fui a casa, ya que no quería enfermar, puesto que estoy de un delicaíto últimamente. Además, tocaba ir a casa de mi madre, donde nos esperaba un puchero de aúpa. Riquísimo, como siempre.
Pues, como dice el título, sois todos unos campeones, por enfundaros el traje de faena y salir a capear el temporal, por no decaer ante las inclemencias de los elmentos, por darlo todo para cruzar esa tan ansiada línea blanca pintada en el suelo (¿habría línea blanca pintada o el agua se la llevó de camino a La Carihuela?). Sois unos figuras. Pronto estaré yo ahí, entre vosotros, luchando contra los elementos y contra mí y mis circunstancias.
Ahorita, me piro, que me tengo que pirar.
Ciao corazones.
PAZ Y AMOR



domingo, 1 de febrero de 2009

¿Valientes o pirados?

Hoy ha amanecido un día desapacible, oscuro, lluvioso, feo. De esos días en que lo que más te apetece es quedarte en la camita, bien abrigadito, descansando. Vamos, de los de no salir a la calle ni para ver si hay mundo ahí detrás.

Hoy es un día en el que decenas de miles de corredores de toda España tienen alguna cita con una prueba atlética, sea cual sea la distancia. De las que me pillan más cerca, tengo que hablar de la Media Marathon de Torremolinos (a 15 kms de casa) y la Media Marathon de Almería. Las dos tienen algo particular para mí. La de Torremolinos fue mi segunda media y es, precisamente, en la que tengo la segunda mejor marca. Podría haber sido algo mejor, pero salí demasiado rápido y lo pagué en la segunda mitad. La de Almería la he corrido en dos ocasiones como preparación para el Marathon de Sevilla (en 2006 y 2007) y las sensaciones fueron malas, será porque me había metido antes 8-9 kms. A ésta le tengo ganas, algún día la correré para saldar la deuda.

Hoy es un día en el que esos miles de pobres piraos se enfrentarán a sus miedos, a sus sueños, a sus objetivos, a este día tan perro. También se enfrentarán, más que en muchas otras ocasiones, a sí mismos, conocerán que su límite está algo más allá de lo que pensaban. Descubrirán que son unos máquinas, unos campeones, unos fueras de serie, unos valientes. Yo iré a verlos a Torremolinos (con lo bien que se está en casa), para darles mis ánimos, para transmitirles calor cuando les queden aún unos kilómetros para acabar, para que puedan sentir ese apoyo que tan bien viene cuando te flaquean las fuerzas y cuando el coco te dice que te vayas para la meta y que corran los demás. Iré para recordarles que son mis ídolos, son un ejemplo a seguir por gran parte de la sociedad. Ojalá cundiera ese ejemplo y calara bien hondo en la juventud, que a la deriva va desde hace un tiempo.

Hoy es un día como el de la foto (Franfri con camiseta verde y azul, malla azul y gorro negro), en la Media de Almería 2006, con un frío polar y sin parar de llover (en algunas avenidas el agua casi te llegaba a la rodilla)

A todos ell@s, ánimo, fuerza y alegría. Sois unos fuera de serie.

PAZ Y AMOR