miércoles, 25 de febrero de 2009

Uuuuffffffffffffffff

En estos días de ausencia bloguera he seguido corriendo un par de veces por semana. Ya hace diez días llegué a correr durante una hora, a ritmo tranquilito. Fue todo bien, a excepción de dos ampollas que me salieron en la planta de los pies, una ampollita en cada uno (os adjuntaré foto). Me puso muy contento ver que rebasé esa barrera imaginaria de los 60 minutos de rodaje. Aún hay más. El pasado fin de semana llegué hasta los 70 minutos, encontrándome mejor.

Ayer, que tenía poco tiempo, decidí salir a correr un ratito, así en plan, como se suele decir vulgarmente entre ciertas parejas, "como quien echa un polvo rapidito", y decidí ir desde casa hasta la tienda de mi padre y volver. La vez anterior que hice ese recorrido tardé 30´15´´. Salí despacito, aumentando el ritmo al pasar por delante de la tienda y regresar para casa. Cuando me vi remangándome la sudadera pensé "uffff, hoy vas a correr por fin ...". Fui incrementando el ritmo hasta que las pequeñas subiditas camino a casa se me iban pareciendo al Tourmalet. Venía pensando en que en momentos así te pones en la siguiente tesitura: Si vas corriendo despacito y todo va bien, estás contento, ¿por qué pegarte ese sofocón, Franfri? Es que parecía el Mayflower cuando veía el vapor salir de mi boca cada vez que exhalaba aire y trataba de buscar esas pequeñas molécula de oxígeno que necesitamos para que llegue a los músculos y poder seguir rindiendo. El ritmo de la respiración iba en aumento, yo estaba frito por llegar a casa. No iba mirando el crono, así que no lo supe hasta que llegué a casa: 25´33´´, es decir, casi 5 minutos menos que la vez anterior. Eso sí, a un ritmo conscientemente más elevado. Llegué muy sofocado, pero contento, animado. Me salía un vaporcillo con escarcha por la cabeza más propio de una película de terror que de alguien que viene de hacer ejercicio. Pues eso, que iba pensando que para qué llegar a sufrir esos ratos cuando se puede rodar o trotar tranquilito, sin prisas, divisando el paisaje. ¿Afán de superación personal? ¿Espíritu de sacrificio? ¿Estar medio grillao? ¿No llegar tarde a ningún sitio? Habrá un poco de todo, pero yo me quedo con la necesidad de saber dónde estás y adónde estás dispuesto a llegar, con querer demostrarte que tú puedes, que eres capaz de eso y de mucho más. La preparación del maratón será dura, difícil. Cuando se acerque el momento comenzaré a plantearme si basaré el entrenamiento en series y rodajes largos o lo dejaré en rodajes largos y rodajes a ritmo rápido. El problema, para bien o para mal, es que me encantan las series, mucho más que rodar y rodar, pero soy consciente de lo que ello supone. Veremos. Veréis.

Ahora descansaré hasta el viernes (hoy toca venir a donar sangre, ya que anoche vi el autobús del Centro Regional de Transfución Sanguínea, y soy consciente de que hace muchísima falta la sangre para todo tipo de operaciones) o el sábado.

Bueno, con esto y un bizcocho, hasta la próxima, que me piro, que tengo hambre.

PAZ Y AMOR

P.D. Y BUEN PROVECHO

7 comentarios:

  1. Compi, ya veo que vas para adelante. Cuando vuelva de Barcelona tenemos que quedar para rodar. a ver si nos damos los telefonos. Nos vemos

    ResponderEliminar
  2. Paco, todavía estoy muy verde para rodar contigo ni con nadie. Cuando pueda estar esa horita y pico rodando a 5´/km entonces quedaré con quien encarte, encantado, sin duda.

    Mi teléfono, de todas formas es 679799743

    ResponderEliminar
  3. Ahí está ese Franfri!!!!!!!!!!...si señor...poquito a poco pero ya rebasando hasta tus propios tiempos a para llegar a la tienda!!!

    Si te gustan las series (a mi, nada), harás ese maratón genialmente bien.
    Lo veoooooooooooooooooooo...

    besitos, campeón.

    Sylvie

    ResponderEliminar
  4. Esta forma de poner el comentario es uma mierdole giganteeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  5. Yo soy de los que salen con una intención y lo ven todo de color rosa, pero luego la realidad del trazado nos pone en nuestro sitio.

    Las cuestas se me hacen también eternas.

    Pero paciencia, que todo llega.

    ResponderEliminar
  6. Sylvie, ya estás despotricando, parece mentira,muéééééé

    Un beso, monjilla guapa

    Gregorio, tendré paciencia, no me queda otra, además la paciencia es lo mejor en estos casos, de lo contrario nos estrellaríamos en cualquier momento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Gracias por tu visita, vuelve cuando quieras que la puerta está abierta. Yo también voy pasito a pasito. Lenta pero segura.
    Saludiños,

    ResponderEliminar