miércoles, 25 de marzo de 2009

Gente caprichosa (o simplemente salía ...)

Creo recordar que en más de una ocasión he comentado que trabajo en un spa, pero hasta ahora no había hablado extensamente del tema, por lo que aprovecho este momento para hacerlo. El lugar se llama Caracala Spa, está ubicado dentro de las instalaciones del Hotel La Cala, de 5 estrellas. Llevo allí dos años, trabajo que vengo compatibilizando con mis tareas de administrativo en el Ayuntamiento de Mijas. Algún día me entretendré explicando algunos de los tratamientos más demandados. Hoy me quiero centrar en un tipo de clientes que viene mucho por allí y que me ponen la sangre a hervir. Os cuento.Esto que se ve en la foto, un ritual de pies, lo hacemos en los tratamientos thailandeses.

Allí, además de la directora, la peluquera, la compañera de administración y las Asistentes de Spa, trabajos 4 terapeutas, que hacemos todo tipo de tratamientos corporales, faciales y estéticos. De los cuatro, dos son chicas y los otros dos somos chicos, quienes no hacemos pedicuras, manicuras ni la cera. Bien.

Los clientes, a la hora de elegir-reservar cualquier tratamiento, tienen la opción de pedir que el mismo lo efectúe una chica o un chico. Incluso, pueden especificar qué chica o qué chico desean que les haga el tratamiento. Para satisfacer curiosidades, yo tengo más aceptación entre la clientela gay y de la esposa del Consejero Delegado, pero mis compañeras tienen más tirón entre la clientela masculina.

El otro día teníamos unos clientes, masculino y femenino, para hacerles un masaje sueco, es decir, un masaje corporal relajante de 55 minutos de duración. En las notas vi que el hombre había pedido con una mujer, pero no había especificaciones al respecto de su acompañante femenina, que se me adjudicó a mí. Según me contaron, ese es un cliente habitual, pero que cuenta con una peculiaridad: cada vez que va al spa acude con una chica distinta, esta vez era una chica sueca a punto de cumplir la treintena, cuando él está cerca de los 55. Así que llegan y nos dirigimos a las cabinas de tratamiento, entrando cada uno en la que le corresponde. Le doy la braguita a "mi" sueca y le explico los pormenores del masaje. Todo fue bien, perfecto, pero estando a punto de finalizar su acompañante hizo el amago de entrar en la cabina, no se para qué, aunque cuando mi compi me contó lo siguiente me quedó algo más claro. Él se pasó gran parte del masaje soltando expresiones de gustito y placer que pusieron de los nervios a mi compañera. Además, cuando estaba boca arriba (o decúbito supino), ella pudo comprobar que tenía su "cosita" mirando para el techo, o sea, como dicen en las culturas menos eruditas: empalmao.

Yo me pregunto: vas a un hotel de cinco estrellas con una sueca de 4 (estrellas, me refiero). Tienes la habitación para tí solito, a la rubita de ojos color cielo azul fantástico a tu disposición, y ¿tienes que ir a que una chica te haga un masaje sin ninguna connotación erótico-sexual para tener una erección? Hombre, hombre. Y yo, a tres metros, con la sueca, a mi disposición, todo cuerpo, toda piel, aceite, musiquilla agradable, velita encendida ... Paro, paro, que me enciendo.

Conclusión: quillo, la próxima vez, por menos dinero, te doy el teléfono de una serie de sitios que te hacen un masaje más o menos suavito y te acaban haciendo un masajito en el palito de tu entrepierna que te dejan sin ganas de sueca.

Bueno, ya os iré contando.

PAZ Y AMOR

6 comentarios:

  1. No sé que decirte Franfri.... me quedo.. algo sorprendidita.....

    De todas formas.. eso del masaje en los pies tiene que ser una cosa.. divina.....

    Y con respecto al señor y la sueca.. pues que quieres que te diga.... hay situaciones... que una no entiende.. y que mas vale dejarlas pasar....como cosas de la gente y de su falta de límites.

    Un abrazo

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  2. Juajuajuajauajauajaua.......joer VECINO......


    Un abrazo
    Saludos desde Málaga

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  3. Ja, ja, ja. Todo tiene su explicación: el tío con 55 años ya no está para velocidades sino para correr fondo. Para ello necesitas realizar estiramientos y un calentamiento previos. Una ver realizados los prolegómenos ya puede lanzarse y correrse por esos mundos. ¡Es que sois muy mal pensados! Juas, juas, juas.

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  4. El sueco ese estaba más caliente que el demonio con fiebre

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  5. Un masaje en los pies, sabes lo que ando diariamente?
    Besos

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